Hace approximadamente seis años "dejé" de dibujar personajes. Simplemente me cansé, perdí la razón por disfrutar la creación. Sentí como si no fuera a ningún lado con ello. Pero sólo necesitaba más confianza. No me atrevía a llamarme "artista". Años después, y no me permití dibujar anime o estilo cómic. Porque según yo eso no era lo que yo debería. Pero en el fondo, siempre lo extrañé. Un día vino una amiga a dibujar conmigo en casa, aún en éstos tiempos tan raros. Y me inspiró mucho. Porqué no tratar de ser un artista de concepto? Y luego, llena de nostalgia regresé a ver todos los dibujos que yo había puesto en almacenamiento en mi DA. Y fue cuando la magia sucedió. Todos esos dibujos del pasado aparecieron juntos, formando una historia grupal, creciendo y desarrollándose. El tiempo de trabajo, los colores, los personajes, me recordaron que lo que importa no es el destino, sino el trayecto. Uno de ellos saltó a la vista para mí. Noel: mi Charmeleon Gijinka (versión humana de